10 de enero de 2007

◊ Tilacino

Los tilacinos son ejemplos clásicos de convergencia evolutiva en la literatura científica, dado su notable parecido con los cánidos de otros continentes. Al igual que éstos eran animales carnívoros adaptados a la captura de presas de tamaño pequeño o medio tras lanzarse a la carrera. tenían un cuerpo estilizado, patas finas aunque no demasiado largas y cola delgada. El pelaje era corto y de color leonado, con rayas negras en los cuartos traseros y cola (de ahí el apelativo de "tigre"). Las mandíbulas, provistas de 46 dientes, podían abrirse hasta extremos asombrosos, más propios de un reptil que de un mamífero, permitiéndoles engullir grandes pedazos de carne sin masticar.

Australia y Tasmania no tenían mamíferos placentarios antes de que el hombre los transportara. el tilacino fue uno de los marsupiales carnívoros. Vivió en Tasmania y aunque su similitud morfológica con el lobo es evidente no es por parentesco sino por pura convergencia evolutiva, porque no es un cánido ni nada semejante. Su nombre científico Thylacinus cynocephalus (cabeza de perro) realza esta similitud morfológica.

El tilacino también recibe el nombre de lobo marsupial, o tigre de Tasmania en inglés, pero ni lobo ni tigre, ni siquiera un pariente muy cercano. Recordemos que los mamíferos pueden dividirse en tres grupos diferentes: monotremas, marsupiales y placentarios. los monotremas son ovíparos; el ornitorrinco y los equidnas son sus únicos representantes actuales con una distribución limitada a Australia. En los marsupiales, las crías completan su desarrollo fuera del útero, en una bolsa abdominal llamada, precisamente, marsupio; el koala, los canguros, el wallaby son representantes de este grupo. Existen en Australia (y territorios vecinos) y en Sudamérica. Finalmente, quedan los que poseen una placenta como órgano de alimentación de la cría en el periodo prenatal. nosotros, por ejemplo, los primates. además de roedores, félidos, úrsidos, cetáceos, quirópteros..


Una criatura poco conocida ya que la acción humana lo extinguió sobre 1930. Antes se habían cazado a cientos, eliminándolos como hemos hecho tradicionalmente con todos los carnívoros que puedan perjudicar nuestro ganado. El último ejemplar de tilacino murió en el zoológico de Londres en 1936 y no hay registros de su supervivencia posterior en libertad aunque sí algunas notas de avistamientos sin confirmación. Hay quien defiende que existe evidencia de que los tilacinos todavía campean por Tasmania.

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